UNA DICTADURA CON APOYO POPULAR
Verano de 1924. Xàtiva se ha convertido en Játiva desde el 13 de septiembre del año anterior. La ciudad se organizaba siguiendo la voluntad del Delegado del Gobierno, Miguel Abriat, que supervisaba la actuación del ayuntamiento bajo la dirección del alcalde José Bataller Carreres, un abogado sin pasado político, encargado de seguir las directrices de un nuevo régimen dictatorial, que aspiraba a dar soluciones a los problemas, lejos de las estériles luchas partidistas de la suspendida democracia.
Hoy Europa se escandaliza por el ascenso de los extremismos políticos, pero no se analizan las causas, de lo que sucede cuando no se solucionan los problemas económicos y sociales, que enfurecen y radicalizan a la ciudadanía. Ninguna dictadura subsiste sin apoyos, y aquel régimen aguantó en España durante siete años con el beneplácito de la derecha y la izquierda no ácrata. Veamos algunas de sus actuaciones, a través del prisma del estío setabense, y de cómo una parte de las iniciativas tomadas, perduraron hasta nuestros días.
Arrancó aquel verano con una nueva reestructuración política de la ciudad. Desparecieron del consistorio todas las grandes sagas de la familia conservadoras, liberal y republicana. Fuera los Soldevila, Casesnoves y Riu. Ahora toda la política quedaba fusionada en un partido: la Unión Patriótica. A Jose Bataller, abogado descendiente de una ilustre saga de notarios, le acompañarían otros miembros de las profesiones liberales y comerciantes, gente de orden como: Pedro Martínez, Antonio Villena, Jose Vidal, Teodoro Daroca, Rafel Reig, o José Garí. Los principios que seguir: honradez, justicia y buena administración. Válidos para cualquier época.
Como estímulo del progreso, se estableció desde una perspectiva conservadora, la prioridad de lo económico sobre lo social. Nada de subsidios ni subvenciones a colectivos. Se aprovechó el verano para iniciar un ambicioso programa de obras públicas destinado en teoría a embellecer Xàtiva, fomentando la creación de viviendas accesibles a la clase obrera, y a paliar el problema del desempleo.
EXPANSIÓN URBANA: INTEGRAR LA ALAMEDA
En consecuencia, Xàtiva vivió años de una nueva expansión urbana con la configuración de un ensanche, que comunicara la Alameda con la Avenida de la Estación y la Avenida del Carmen, hasta llegar al Portal Fosch y la plaza de toros, no sin antes dejar un espacio expedito para la celebración de la feria de animales durante la Feria de Agosto. Había que integrar en el casco urbano aquel espacio donde se situaban las grandes fábricas de licores como la de los Sanz, Requena o Botella, e infinidad de talleres, Y facilitar, también, la iniciativa privada, como la edificación de un hotel a cargo de la familia Selgas, enfrente del desparecido Portal del León, objeto del primer ensanche desarrollado a inicios de siglo.
Además, por fin, después de dos años de espera, y gracias a mediación de Miguel Abriat, se iba a ejecutar el pago de las expropiaciones forzosas realizadas en nombre de la utilidad pública, para la construcción de una carretera en dirección a Simat, que mejorase las comunicaciones con los pueblos de la parte este, y con la vega arrocera, la más rica del término.
Al control político y de la economía, le siguió el de la cultura y el tiempo de ocio. Eliminada la prensa republicana y sujeta a censura la liberal, se prohibieron los casinos políticos y sindicatos. La revista cultural Játiva, se convirtió en la correa de transmisión de los valores de la dictadura de Primero Rivera, junto con el control de la escuela pública, encargada de impulsar un espíritu nacional, cuya conciencia colectiva se tenía que despertar impulsando el conocimiento de los hechos más gloriosos del pasado de España, lo que significaba anteponer las grandes batallas a los avances sociales
Además de estimular el orgullo patrio, la escuela tendría que difundir principios de igualdad entre todos los españoles. Los hijos de pobres y ricos tendían que compartir pupitre para evitar que los más pudientes huyesen de la enseñanza pública. En aquel estío, no se permitirían presentar matrículas para desarrollar proyectos de escuela laica ni racionalista, y la principal competencia demandada al profesorado, sería la de impulsar el amor a la patria, a través del ejército, donde la profesión de militar, médico o sacerdote, fueron las de mayor prestigio social.
En verano llegaban las primeras cartas de los soldados setabenses que solicitaban establecer una relación epistolar con madrinas de guerra. En primavera, el regimiento Otumba acantonado en Sant Francesc había partido al frente marroquí, y ahora su tropa deseaba recibir noticias de Xàtiva, a través de la pluma de señoritas voluntarias dispuestas a cumplir la patriótica misión de contestar a los reclutas. No sabemos, si tal vez surgiese el amor entre alguna de estas cartas, como muchas féminas deseaban, y fruto de ello, la revista Játiva, abría un apartado para inaugurar la sección del correo del amor, donde las mujeres instruían sobre el arte de flirteo, para intentar evitar que los hombres quedasen solteros, o lo que era mucho peor, casasen con forasteras.
LA PASIÓN POR EL FÚTBOL
Si el buen tiempo incitaba al amor, lo fue también para el deporte, denominado por entonces como cultura física, pasatiempo muy impulsado por la Dictadura de Primo de Rivera, y por todas las administraciones públicas hasta el día de hoy. Consolidada la pasión por el fútbol, con la creación del Club Deportivo Xàtiva, la celebración de competiciones, la construcción del campo Murta, y la publicación de revistas especializada como Penalty, se impulsó también otro deporte más aristocrático y menos popular, como el tenis. Sus primeros aficionados proyectaban construir la primera pista en el campo de la Murta. Que sepamos fueron: futbol, tenis y tiro al blanco, las principales modalidades deportivas desarrolladas, en espera de la llegada de las carreras populares y el ciclismo.
EN DICTADURA NO ES TODO MALO
En conclusión, es muy pueril afirmar que todo lo que se hace en las dictaduras es detestable. Todo tiene solución de continuidad si es útil a la sociedad. Un siglo después vivimos la eclosión de muchas cosas, que se iniciaron hace un siglo. Se prosigue con la urbanización y los programas de obras públicas, como los grandes objetivos de cualquier administración, se incentiva el deporte, sobre todo el fútbol, hasta límites insospechados, y se pide a la clase política honradez, justicia y buena administración. El resto desapareció y quedó relegado a los libros de historia, para hacer entender que el pasado nunca fue mejor ni peor que el presente, sino diferente.